A la hora de catar un patxaran, la primera fase sería la visual en la que son varios los aspectos a tener en cuenta, los cuales os los detallamos a continuación:
El color: hay que tener en cuenta que el color de los licores naturales son sensibles a la oxidación sobre todo de los que provienen de antociano (materia colorante presente en los frutos rojos como la piel de la endrina).
Un patxaran rojo o rosado intenso, refleja juventud y elevada cantidad de fruta pero hay que tener cuidado ya que son muchos las empresas que utilizan colorantes artificiales para conseguir esta apariencia. Por ello, el color rojo intenso indica lo ya comentado pero hay que cotejarlo en la fase olfativa y gustativa.
Cuando el patxaran pasa a un color teja, ocre o tonos iodados no serán patxaranes jóvenes, ya que habrá entrado en acción la oxidación por el paso del tiempo.
En caso de que el color pase a ser pardo o marrón esto sucede cuando el tiempo que ha trascurrido es excesivo.
El brillo: los primeros meses del patxaran presentará reflejos rosas, señal de juventud, y con el paso del tiempo se transformaran en tonos opacos y rubí que reflejaran su vejez.
Limpieza: otro de los aspectos a valorar es la limpieza del licor, no teniendo que ser turbio ni sucio. En algunos casos, al igual que ocurre en el vino puede existir algún sedimento fruto de la maceración del anís en la fruta y su mínimo filtrado para evitar que se pierdan aromas en este proceso.
Lagrima: la lagrima nos indicará la cantidad de grado alcohólico como el dulzor del patxaran. Cuanto más azúcar, la lagrima será más espesa, al igual que ocurrirá con graduaciones elevadas.
Dentro del conjunto de la cata, la fase visual habría que darle una importancia aproximada del 10%.